lunes, 20 de noviembre de 2017

“TU VOLUNTAD, NO LA MÍA”


… al hacer cualquier petición específica, nos convendrá añadir las palabras: “… si esa es Tu voluntad”.
— DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 100
Yo simplemente pido durante el día que Dios me dé la mejor comprensión de Su voluntad que yo pueda tener para ese día, y que se me conceda la gracia para cumplirla. Según transcurre el día, puedo hacer una pausa cuando me encuentro en situaciones que debo enfrentar o con otras decisiones que debo tomar, y renovar la simple petición: “Hágase Tu voluntad, no la mía”.
Siempre debo tener en mente que en todas las situaciones yo soy responsable del esfuerzo y Dios es responsable del resultado. Puedo “desprenderme y dejárselo a Dios” repitiendo humildemente: “Hágase Tu voluntad, no la mía”. La paciencia y la perseverancia en buscar Su voluntad para conmigo me librarán del dolor producido por las expectativas egoístas.

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