martes, 15 de diciembre de 2009
Mi primer cuento
Personajes: Lucy, la puta
Enrique, el cliente
Título: Lucy
Nuevo posible titulo: Una puta nunca se enamora
Referencias:
Una foto de una escultura fenicia de una prostituta en la Revista Somos
El personaje de la prostituta de la pelicula “No se lo digas a Nadie”
La canción “La Flaca” del grupo español Jarabe de Palo
Una experiencia que me conto mi mamá acerca de la primera vez de mi papá
Caminaba de esquina, a esquina, por la vereda, Lucy, con su minifalda de cuero negro, con sus pantys negras, con zapatos negros de taco, luciendo sus piernas, ni muy delgadas ni muy gordas, con una blusa negra apretada, para resaltar sus senos pequeños pero aun firmes, los pelos negros enmarañados, algo cortos, entre lacios, y enrulados, pero rebeldes, con la mano en la cintura, mientras con la otra sostenía un cigarrillo, usando unos lentes de sol, con una cartera del mismo color que su traje.
Un muchacho la había estado observando desde una banca de cemento, en la mitad de la avenida, eran uno de esos parroquianos, que buscan una puta para iniciarse, parecía tener entre 18 y 20 años, con una mirada de niño inocente, con el pelo corto, lacio, bien peinado, parecía ser estudiante universitario, de eso se dio cuenta Lucy, que ya tenía rato que lo estaba estudiando, pantalones color caqui, zapatos negros bien lustrados, medias negras, camisa blanca, incluso usaba bividi del mismo color, se atrevió a acercarsele.
-¿Cuánto cobras?-le dijo sin reparos el muchacho.
-Cincuenta soles.-A lo que ella respondió.
-Pero solo tengo veinte.
-Son cincuenta, sino largate.
-No me lo puedes dejar a veinte.-Ella bajo la mirada para verlo por encima de los lentes de sol, volvio a subir la mirada, encendio otro cigarrillo.
-Son cincuenta soles.-El muchacho se dio por vencido, se iba a marchar sin embargo Lucy lo detuvo
- ¿Cuánto tiempo quieres?-le pregunto
-Solo media hora.
-Si es así, aceptaré tus veinte.-Sonrío cinicamente, le hizo una señal para que la siguiera, caminaron unas cuadras mas abajo, hasta entrar a un hostal, era un hostal de buena fachada, el muchacho hablo con el que atendía, pago una habitación, dejo su DNI, tomo las llaves y subieron por las escaleras al segundo piso.
El muchacho, se demoró en abrir la puerta, estaba algo nervioso, Lucy cerro la puerta al entrar, él se tomo su tiempo para desnudarse, Lucy, en un par de segundos estaba desnuda y dispuesta, empezando a fumar su tercer cigarrillo, él aun ordenaba su ropa sobre una silla. Lucy se acerco para besarle el cuello, el muchacho se sentía incomodo.
-¿Cómo te llamas?.-Lucy algo sorprendida le dijo su nombre.-Ah, Yo soy Enrique.
-Mucho gusto, Enrique. ¿Podemos empezar, ahora que ya sabemos nuestros nombres?-Dijo burlonamente, Lucy.
-¿No podemos conversar un poco más?
-¡¿Conversar?! Papi, tu no me pagas por conversar, y el tiempo corre.
El muchacho empezo a besarle el cuello, los pechos por encima de la blusa, la recosto sobre la cama, estaba encima de ella, ella empezo a gemir, luego a quejarse, hasta que exclamo:
-¡Oye, quitate los zapatos!-El muchacho avergonzado, se quito los zapatos, Lucy encendio otro cigarrillo, estaba algo fastidiada.
-Hey niño, ¿Quién te mando tu papá o tu mamá? Yo creo que fue tu mamá, porque te comportas como un hijito de mami.-Eso enfureció al muchacho, que se lanzo encima, y empezo a penetrarla con toda la fuerza que pudo, pero solo duró 5 minutos.
Enrique se quedo echado, se escondió bajo las sábanas, Lucy encendía otro cigarrillo.
-He tenido mejores polvos.-Comento.
-!Calla, puta!-le respondió el muchacho
-Vaya, vaya, ahora el niño se hizo hombre, ¿eh?-Sonríe burlonamente otra vez, Lucy, quién se empieza a vestirse. -Bueno, creo que es hora de recibir mis honorarios.-El muchacho sin vestirse, busco su billetera en el pantalón, y le lanzo el billete en la cara a la mujer. -!¿Qué mierda, tienes, ah?! Yo tengo la culpa de que seas maricón.
-Prefiero ser maricón, a ser puta.-Le respondio el muchacho. Ella lo escupio, él la bofeteo, ella corrio al baño. Al salir, se acerco y pidió disculpas, Enrique aun estaba echado en la cama, él también se disculpo, ella se puso llorar, él la abrazo y le regalo un beso en la mejilla.
Enrique decidió descansar un poco más en aquella habitación, no recuerda cuanto tiempo paso, pero le vinieron a tocar la puerta, ya habían visto que Lucy se habia ido hace rato, él se había quedado en la habitación, el tiempo ya había vencido, él empieza a vestirse apresurado, de pronto se da cuenta que le falta algo, le falta la billetera, él sonrio, igual que Lucy, que otra vez esta caminando de esquina a esquina, con la mano en la cintura, y en la otra sostiene un nuevo cigarrillo.
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