Capítulo 3
El Anuncio del Baile
“En aquel entonces el hijo el rey dio un baile al que invitó a todas las personas distinguidas y también a las dos señoritas, que figuraban en primera línea entre las de aquel país. Hételas ocupadas en escoger los vestidos y adornos que mejor habían de sentarles, de lo cual había de resultar aumento de trabajo para la Cenicienta, porque ella era la que repasaba la ropa de sus hermanas y cuidaba del atadillo y pliegues de sus jubones. Sólo se hablaba del traje que se pondrían.
Yo, dijo la mayor, llevaré el vestido de terciopelo rojo y un aderezo de Inglaterra.
Yo, añadió la menor, me pondré las sayas que acostumbro llevar, pero, en cambio, ostentaré mi manto recamado de flores de oro y mi adorno de diamantes, que es joya de las mejores.
Mandaron llamar a una buena peinadora para que hiciera maravillas, y enviaron por lunares a la tienda donde mejor los fabricaban. Llamaron a la Cenicienta para pedirle su opinión, porque su gusto era exquisito, y les dio excelentes consejos y hasta se ofreció para peinarlas, lo que aceptaron sus hermanas.
Mientras las estaba peinando, le dijeron:
- Cenicienta, ¿te gustaría ir al baile?
- ¡Ay; señoritas, ustedes se burlan de mí! ¡No es al baile donde debo ir!
- Tienes razón: ¡cómo reirían si viesen a una joven como tú en el baile!
Otra que no hubiese sido la Cenicienta, las hubiera peinado mal; pero era buena y las peinó perfectamente bien. Casi dos días estuvieron sin comer, tanta era su alegría; rompieron más de doce lazos a fuerza de apretar para que su talle fuese más chiquitito y pasaron todo el tiempo delante del espejo.”
La profesora Amor, nos informo que estaba preparando escenificar La Cenicienta, entonces hubo casting para los personajes, yo no obtuvo ningún papel principal por mi falta de ánimo y Serracenicienta por su baja voz, pero la profesora ya nos tenía preparado algo, igual seríamos extras, sobre todo en la escena del baile, me sentí morir, en una semana empezaría los ensayos y también la prueba de vestuario, despues del anuncio, salí con Serracenicienta a odiar a la Profesora Amor, pero mi compañera me confesó que no le parecía mala idea, mas rabiosa me puse y la eche de mi casa.
En la noche no pude dormir bien, le pedí disculpas a mi amiga, y le pregunte porque le gustaba la idea del baile, no me quiso contar, teníamos una semana para decidir, yo aún no sabía se iría, pero la Serracenicienta, me pidió ir a acompañarla a probarse el vestido, acepte, le quedaba bonito, me reto a que lo hiciera también, acepte, me lo puse, se sintió raro.
En casa me que pensando si iría a ese baile, después de probarme el vestido, despertó mis ganas de ir al baile.
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