“Al día siguiente las dos hermanas fueron al baile y también la Cenicienta, pero más adornada que la vez primera. El hijo del Rey no se apartó de su lado y no cesó de hablarle con gracia. Con gusto le oía la joven, hasta tal punto que olvidó lo que su madrina le había encargado y sonó la primera campanada de medianoche, cuando creía que no eran las once. Levantose y huyó con la ligereza de una corza, seguida del príncipe, pero sin que pudiera alcanzarla, y en su fuga perdió una de las chinelas de cristal, que el hijo el rey recogió. La Cenicienta llegó a su casa muy cansada, sin carroza, sin lacayos y con su feo vestido, pues de su magnificencia solo le había quedado una de las chinelas de cristal, la pareja de la que había perdido. Preguntaron a los guardias de las puertas el palacio si habían visto salir a una princesa, y contestaron que sólo habían visto salir a una joven muy mal vestida, cuyo porte era más bien el de una campesina que el de una señorita.
Cuando las dos hermanas regresaron del baile preguntoles la Cenicienta si se habían divertido mucho y si la hermosa princesa había asistido. Contestaron afirmativamente, añadiendo que al dar medianoche había huido con tanto apresuramiento que había dejado caer una de sus chinelas de cristal, la más linda del mundo. También contaron que el hijo del rey la había recogido, y que hasta acabar el baile no había hecho otra cosa que mirarla, lo que demostraba que estaba enamorado de la joven a quien la diminuta chinela pertenecía.”
Los ensayos siguieron sin la Cenicienta y sin mi, estuve una semana sin ir al colegio ni en los ensayos, una semana sin saber tampoco de la Serracenicienta, pensé que las cosas estaban bien, decidí llamar a casa, siempre me decían que había salido con un compañero de colegio, quedé sorprendido, dije consiguió lo que tanto quería, bueno se lo merecía me dieron ganas de luchar por lo mío. Decidí llamar al Príncipe, tampoco lo encontraba, una noche tuve suerte, me dijo que hablaremos después de la obra, que era la único que era le interesaba pensar, me pareció tan raro, queria saber por qué ese cambio, decidí hacer una locura, llamar a Cenicienta, para pedirle disculpas, que al día siguiente, fuéramos donde la profesora Amor, para poder formar parte del elenco, hubo un silencio, pero terminar por aceptar.
Aparecimos temprano en el colegio, buscamos a la profesora, le pedimos disculpas y nuestro deseo de volver a la obra, ella dijo que tendría su respuesta al final del día, yo estaba más ansiosa, mi sorpresa fue ver 3 asientos vacíos, el Príncipe, el Raticiento y la Serracenicienta, no quería ya pensar y esperar hasta la tarde del ensayo.
Llegué y Cenicienta estaba primero, la salude, ella respondió raramente amable, llegaron los demas, apareció la Profesora, informó a todos los nuevos papeles, la nueva cenicienta era la
Serracenicienta y el raticiento era el príncipe suplente, la Cenicienta Original quedó sorprendida, la profesora le informo si aceptaba ser suplente, no le quede de otra que aceptar, yo seguía siendo extra. Siguieron los ensayos, el Principe y la Serracenicienta no me hablaron todo lo que duró los últimos ensayos. Solo recibi un mail de la Cenicienta Original, me sorprendió, haciéndome una propuesta, le respondí que mi respuesta se lo daría en el último ensayo.
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