miércoles, 31 de marzo de 2010

Esa semana santa


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Acostumbrado a pasar la semana santa en casa, o recorriendo las siete iglesias como lo habia hecho en los últimos años, era mi manera de pasar la semana santa, este año, me habían pasado la voz para un campamento, no he ido a uno, una vez pero acompañando a mi hermana mayor, para que no pasará nada que después se arrepintiera, no tengo muchos recuerdos, en fin, he evitado siempre ir a campamentos, porque no me atraen, detesto la playa en verano, la arena y los borrachos, o un monton de cosas que imaginaba lo que se puede vivir alli.

Me decidi a último hora, sin estar preparado para la ocasión, El mismo día en que viajaban mis conocidos que me invitaron al campamento, primero fuimos en taxi al terminal, luego tomamos el bus, tome algunos fotitos para la ocasión, luego un taxi para la playa de Chacrimar, Chancay, a mi me pintaron que habría música y un local bacan, llegue y vi algunos locales estilo cabaña pero todos cerrados aún, solo uno, que fue el que atendio a mis amigos para la compra de bebidas alcoholicas.

La noche no prometia mucho, pues todos tomaban menos yo, porque hace tiempo que deje de ingerir alcohol, pero luego empezamos a jugar, esos juegos de la niñez, como charada, ritmo a gogó, lingo, eso me gusto mucho, ahora que recuerdo solo una vez hice con mis amigos de la universidad, en una reunión para el cumple de alguien. Hubieron pocas pero algunas sorpresas esa noche, lo que me hace pensar que hay muchas personas tienen poco control sobre el alcohol. Lo curioso fue que no lleve carpa, dormi en la arena, pero felizmente alguien que dejo sus cosas antes de viajar pero no logro viajar con nosotros, tenia colchas asi que decidamos usar sus cosas.


Al día siguiente, recibimos más amigos, que habían prometido irían, con sus carpas, bueno alguien que me gusta, pero que su pareja habia llegado conmigo en la primera noche, conoci a alguien que al comienzo no le di importancia, pero al final parecio interesado en mi, para después no saber casi nada, hubo mas juegos, mas diversión, mas gente borracha tanto a los alrededores, mas baile, los locales estuvieron abiertos desde la mañana hasta el otro día.


En la mañana del Viernes Santo decidi regresar a mi Callao, tenía otra cita, y para el sabado una fiesta en Bravo Chico, a pesar de que me quería quedar me despedi de los pocos que comparti, atrás quedo el recuerdo de esa semana santa, mientras estaba en el bus, recuperando el sueño de esas noches en Chacrimar.

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